Mario Vargas Llosa, el laureado escritor peruano, presidirá una comisión de alto nivel para construir un Museo de la Memoria con dinero de la cooperación alemana y destinado a reflejar con espíritu amplio la tragedia que vivió el País entre 1980 y el año 2000.
La resolución dictamina que el objetivo principal es “mostrar a los peruanos las trágicas consecuencias que resultan del fanatismo ideológico, la trasgresión de la ley y la violación de los derechos humanos para que nuestro país no vuelva a revivir esas lamentables experiencias”.
El máximo representante de las FF.AA, Otto Guigovich, ha declarado su acuerdo con esta decisión. Más bien, el Canciller peruano se ha mostrado en desacuerdo aduciendo que un Museo de la Memoria plasmará las conclusiones de la CVR que no ha conseguido la unión entre los peruanos.
A juicio de los que representan la voz de las diferentes vertientes de la sociedad civil y los militares, éste museo deberá albergar el sentimiento de las dos partes que se enfrentaron en una guerra civil sangrienta y que produjo, según cálculos, cerca de 70 mil víctimas.
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