jueves, 12 de marzo de 2009


La otra cara del infierno LA VIOLACIÓN SEXUAL CONTRA HOMBRES


Durante la sangrienta guerra interna que sufrió el país, se sucedieron numerosos crímenes sexuales que sumieron en el espanto y humillación a cientos de familias. Aunque se estima que los actos de violencia sexual estuvieron principalmente dirigidos contra mujeres, también se ha llegado a conocer que muchos casos (la mayoría de ellos no denunciados) tuvieron como víctima a hombres.
No se ha llegado a establecer si los crímenes sexuales estuvieron enmarcados en una estrategia o manual escrito, pero sí se conoce que fue un ritual espantoso que ensombreció el destino de miles de mujeres estudiantes o campesinas y también de varones acusados de pertenecer a las filas subversivas.
Estos actos se fueron recrudeciendo conforme la guerra interna iba tornándose más cruenta. Pero las violaciones más sistematizadas y a veces masivas, se produjeron durante el gobierno de Belaunde y el primer gobierno del Apra.
Son conocidas, hasta han inspirado guiones cinematográficos, las incursiones de patrullas militares a poblados en donde su primera “acción de guerra” era la violación cobarde de las mujeres, muchas de ellas aun niñas.
Los llamados hijos de la guerra en los poblados de la sierra y ceja de selva son incontables.
La película “La Teta Asustada”, que acaba de estrenarse, relata este cruel episodio que desencadenó una seguidilla de embarazos no deseados y el trauma psicológico consiguiente.
”La Teta Asustada” intenta recrear los miedos y rencores subconscientes que permitió que muchas madres violadas, o traumatizadas por presenciar abusos, terminaran descuidando la crianza de sus hijos.
Aunque en menor medida,los abusos sexuales también fueron cometidos por los terroristas con afanes crueles.Se utilizó la vejación sexual para ensañarse con la víctima antes de ultimarla o como un acto de venganza por no compartir su proyecto sangriento.
Pero la mayoría de actos contra el honor sexual se produjeron en los campamentos senderistas.Era bien sabido que los jefes subversivos tomaban a la fuerza a las mujeres que le atraían sexualmente,incluso,irrespetando a compañeros de menor rango.
En su prédica ideológica llamaban a la mujer "la mitad del cielo" y le otorgaban responsabilidades politicas a las más fieras (con más rencor social) y militares a las que por su frialdad y fortaleza física destacaban en actos sangrientos.
En el ámbito moral,los senderistas y los del MRTA se comportaban peor que "los reaccionarios" que decían combatir.Cual hacendado opresor del siglo dieciocho,escojía a su mujer y la tomaba a la fuerza esclavizándola sexualmente.
CÓDIGOS DE GUERRA
Cuando las guerras se tornan sangrientas y encarnizadas surgen varios códigos que, aparte de influir en los ánimos de la propia tropa (encaramando su poder y fuerza), sirven para desprestigiar o humillar al enemigo.
Es así que en el fragor de los enfrentamientos surge un código latente, aunque invisible, que busca feminizar al contrario para socavarlo moralmente y quebrar a los prisioneros.
En este sentido, la CVR tuvo una omisión clave. Se habló que los casos de torturas fueron aplicadas en un 81 por ciento a hombres y un 19 por ciento a mujeres. Pero cuando llegaron a las cifras de violaciones sexuales se englobó como víctimas a un 98 por ciento de mujeres y no se nombró a los abusados varones.
Ese vacío fue analizado por la abogada feminista María Jennie Dador Tozzini de la ONG PCS quien en su libro “El Otro Lado de la Historia” describe también las humillaciones y vejaciones sexuales que padecieron cientos de hombres que se vieron inmersos en el baño de sangre que se dio en el Perú a partir de 1980.
Hoy por hoy, la Dra. María Dador es directora ejecutiva del Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual.
Aunque innegablemente, las mujeres siempre encabezan las estadísticas de violación sexual en el marco de sus padecimientos en salas de torturas acondicionados por las fuerzas represivas. Según encuestas hechas por la Defensoría del Pueblo entre presos torturados, un 48 por ciento de mujeres admitieron haber sido violadas durante su paso por cuarteles o la Dircote,mientras que sólo un 11 por ciento de hombres narraron haber sido abusados y solo 2 por ciento confesó haber sido violado sexualmente durante su interrogatorio.
Aquí un extracto de las menciones de la CVR sobre este tema:
“...los torturadores fueron hombres, quienes afirmaron a
través de estas prácticas en las que se feminiza al “otro”
su masculinidad y el poder absoluto para producir dolor
y sufrimiento en su víctima varón...el acto de violación
sexual busca quebrar emocionalmente a los varones, a
través del miedo a no ser un “verdadero” hombre...los
hombres se sienten humillados de haber sido forzados
a ser como mujeres…ellos temen que se los culpe del
abuso porque no fueron lo “suficientemente hombres”
para protegerse, ni lo suficientemente machos para enfrentarse y vencer a otros hombres...la violación
no se encuentra en el horizonte de posibilidades de
la vida de los hombres, de modo que cuando les
sucede los deja en un estado de extrema confusión y
desorden mental…es cometida por otros hombres; es
decir que pone en tela de juicio su identidad sexual...”

2 comentarios:

  1. DEBERIAN DECRETAR LA PENA DE MUERTE A NIVEL MUNDIAL A CUALQUIER VIOLADOR YA SE DE HOMBRES, COMO DE MUJERES O DE NIÑOS.

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  2. Siempre deben de denunciar las victimas, sea cualquier género y el estado debe brindarles la ayuda psicologica necesaria para que el acto no los perjudique mentalmente, y no tienen que dudar de su sexualidad porque pasen lo que pasen siguen siendo el mismo ser humano con la misma sexualidad que vinieron al mundo, y los nombres de estos violadores deben de ser de conocimiento públicos y los medios publicos deben apoyar a que se difunda sus nombres, sus rostros y la ubicación de su domicilio.

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