jueves, 15 de julio de 2010


Eduardo Galeano y la Dignidad de los peruanos

"Nosotros pertenecemos a un país que humilló a Hitler"

Eduardo Galeano, ese gran escritor y ensayista uruguayo, fue entrevistado en el programa Sonia Entrevista de la televisión nacional de su país. En él habló de todo: de fútbol, de sus chats con Diego Forland, del pulpo Pool pero, fundamentalmente, de la dignidad humana, ese valor indescriptible que enarbolaron los futbolistas peruanos durante las Olimpiadas de Munich de1936 que organizó el tirano Hitler para demostrar la supuesta "superioridad" de la raza aria. Galeano ha incluido en su último libro un capítulo que describe la dignidad deportiva del "rodillo negro", esa gran delantera que tuvo la selección peruana a mediados de los años 30.

Para ver la entrevista completa pinchar en el site de Sonia






viernes, 9 de julio de 2010


Vicky Peláez: En su propia telaraña


La periodista peruana Vicky Peláez se ha visto envuelta en su propia telaraña. Ha perdido la nacionalidad estadounidense. Tuvo que admitir haber conspirado conscientemente contra la nación que le otorgó asilo, primero, y luego la ciudanía. El gobierno de Obama le confiscará hasta el último de sus bienes en el país y sus dos hijos quedarán a la deriva en una nación que los debe estar mirando con desprecio.

Vicky Peláez se granjeó el odio y la sospecha de los servicios secretos por sus filudos ataques a la política establecida de los estadounidenses que avizoran a su Nación siempre guerreando por ser la primera potencia mundial. La Peláez fue de las pocas, por no decir la única columnista que, a través de un diario de circulación masiva como El Diario de New York, despotricó de la política interior y exterior de tres presidentes norteamericanos consecutivamente. Le pusieron la puntería desde hace más de 12 años hasta que hallaron el hilo conductor a una red de informantes en la cual participaba su esposo ruso Mijail Vasenkov, conocido como Juan Lázaro.

Los agentes federales que han seguido los pasos de la periodista cuzqueña Vicky Peláez, tenían casi la certeza que su esposo, Juan Lázaro, no era quien decía ser, sino que se trataba de un curtido agente de espionaje al servicio a su país natal Rusia desde hace más de 20 años. La periodista peruana se habría visto involucrada en la actividad de informante en medio de su vida matrimonial. Los servicios secretos de Estados Unidos la acusaron, con evidencias en mano, de pertenecer a una red conspirativa que habría tenido como misión generar opinión pública favorable a los planes políticos, primero, de la antigua URSS, y a partir de 1991, de la actual Federación Rusa. Ver uno de sus escritos.

Vicky Peláez es una experimentada periodista peruana que laboró en Frecuencia Latina (canal 2 de TV de Lima-Perú) hasta mediados de los años 80s. Inauguró en el Perú el ahora conocido “periodismo gonzo”, que consiste en llevar al extremo la noticia, dándole espectacularidad acudiendo al meollo del hecho noticioso. Trabajó de la mano del fallecido director de “90 segundos”, Ricardo Muller, y de la también showoman de la noticia Mónica Chang. Siempre se identificó con los desposeídos, a tal punto que algunos colegas desleales y ligeros la han acusado veladamente de identificarse con grupos violentistas que desangraron a nuestra nación en los años 80s y 90s. En Miami, un oscuro periodista anticastrista llamado Miguel Ángel Sánchez incluso la ha acusado de admirar y venerar con retratos al líder de la banda asesina Sendero Luminoso.

Una “revolucionaria” espiando para la Rusia imperialista

Lo que no encaja es que la ardorosa y conocida mujer de izquierda, que defendía los trazos socialistas impuestos en la Cuba opresora de los Castro, haya terminado de informante del actual régimen ruso que aspira a ser una potencia imperialista basada en sus riquezas energéticas y pertrechos nucleares que preocupa a Europa y Norteamérica. A no ser que sus servicios hayan estado comprometidos desde antes de 1992, cuando aun existía la Unión Soviética.

Un desenlace fríamente calculado

Nadie imaginó que el par de hamburguesas que compartieron Barack Obama y el presidente ruso Dimitri Medvedev tendría como final el desmantelamiento de una organización pro-rusa de hombres y mujeres infiltrados en el país del Tío Sam. El FBI acusó a Vicky Peláez y 10 personajes más (todos ellos rusos) de participar en una red conspirativa que enviaba información clasificada al gobierno ruso. Algunos analistas suspicaces vienen llegando a la conclusión que la aprehensión de los presuntos informantes y su posterior auto-inculpación obedecería a un bien montado plan para distender antiguas rencillas arrastradas desde la llamada “guerra fría” que puso al mundo al borde de una conflagración nuclear.

Las cabezas de los diez detenidos en New York, Washington y Virginia han sido canjeadas por cuatro altos oficiales y científicos rusos sentenciados por espiar a favor de occidente. Vicky Peláez es la que más pierde en éste juego de espías. Es la única extranjera que llega desterrada a la fría sociedad rusa en donde el racismo es latente y sus gobernantes no se caracterizan por ser precisamente democráticos. Una casa y dos mil dólares prometidos de palabra como pensión vitalicia no compensan el enorme sacrificio de la esposa de un espía ruso y los sufrimientos de una madre.

Mientras tanto, se avizoran nuevos encuentros entre los presidentes que compartieron hamburguesas a sabiendas que la trama de la historia llegaba a su fin. Y a los que develaron secretos y andanzas de ambas potencias les espera la soledad del destierro y vegetar con sus recuerdos.