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La foto de Marco Del Río apareció en la página 20 del diario La República el martes 24 de marzo. Las madres organizadas protestaban porque le habían cambiado los tarros de leche evaporada que le entregan para los comedores populares por leche modificada (que contiene a parte de la evaporada, leche de soya y otros lácteos).
La escena no hubiese pasado de una simple anécdota noticiosa, que suele producirse, de no ser por los detalles que mostraba la imagen. Dos miradas coquetas se entremezclaban en la pugna.
La sonrisa nerviosa de una madre (entradita en carnes), era contemplada por un extasiado policía que hacía el ademan de contenerla. Sonrisas van, sonrisas vienen y el mundo se detiene.
Mientras que atrás la furia se desataba por aleonadas madres que no tenían el menor escrúpulo de utilizar a sus niños en el hombro para intentar romper el cerco policial.
Alguién, con un sentido del humor afilado gritó con sorna de matices verdaderos:”Con esa leche no salen bien los marcianos (chupetes peruanísimos elaborados en casa)”.Y es que es un secreto a voces que las encargadas de repartir la leche lucran con estas donaciones haciendo negocio con los lácteos que no llegan a utilizar.
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