martes, 31 de marzo de 2009


FUJIMORI de por qué será condenado

EL ahora perseguido, Fernando Rospigliosi ,escribió un excelente artículo en el diario La República en su edición del 22 de febrero del 2009 titulado "La Pistola Humeante",en donde sintetizó magistralmente los cargos contra Alberto Fujimori que los fiscales tardaron más de un año en sustentar.
Por ello, atomizó el odio en su contra de los fujimoristas. Antes se había ganado las ansias de venganza del sector más oscuro del Apra, quienes se vieron descubierto cuando Rospigliosi publicó los audios que desenmascaraba a los “compañeros” adictos a los faenones.Hoy por hoy, el ex ministro del Interior, ha sido acusado de corrupción por emisarios políticos del inefable Jorge Mufarech a quien durante su gestión ministerial le cortó el negociado de uniformes policiales que tenía bien montado.
Fernando Rospigliosi, sustentó (y sintetizó) así la culpabilidad del japonés en las matanzas de Barrios Altos y la universidad La Cantuta y demostró su autoría mediata.
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La pistola humeante

Por Fernando Rospigliosi
Si los argumentos del abogado de Alberto Fujimori fueran válidos, Adolfo Hitler, Hermann Göring y Heinrich Himmler serían inocentes de los crímenes cometidos en la Segunda Guerra Mundial. También Rafael Videla y Emilio Massera de las fechorías perpetradas por la dictadura argentina de los setentas.
El absurdo argumento de César Nakazaki es que se requiere, como exclusiva evidencia probatoria para condenar a Fujimori, una orden directa y escrita, en la que el dictador diga: “ordeno que se asesine a Fulano, Mengano y Zutano”.Eso, por supuesto, es una ridiculez. No existen ese tipo de pruebas ni han existido jamás, ni siquiera en casos monstruosos de genocidio como el realizado por los nazis en la Segunda Guerra.En efecto, nunca se encontró ninguna orden escrita de Adolfo Hitler ni de los jerarcas nazis disponiendo que se asesine a seis millones de judíos.
Ni siquiera se pudo establecer con precisión que hubo órdenes verbales. Pero los campos de exterminio existieron y allí se mataba industrialmente a seres humanos.Aunque algunos cabecillas nazis se suicidaron (Hitler, Himmler) antes de ser juzgados, otros sí fueron procesados en Nüremberg y sentenciados, como Göring (también se suicidó poco antes de que lo llevaran al cadalso) y varios otros cabecillas.
EL EJEMPLO ARGENTINO
De la misma manera, en Argentina nunca se encontró una orden escrita del general Rafael Videla disponiendo que maten a tal o cual persona, o que secuestren y desaparezcan a Fulano y Mengano.
Tampoco nadie ha hallado órdenes escritas del almirante Emilio Massera disponiendo que torturen a alguien en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y después lo arrojen al mar desde un avión.Pero eso ocurrió, como lo demuestran cientos de declaraciones y relatos. Uno extraordinario, el del periodista Horacio Verbitsky, que contó en su libro “El Vuelo”, basado en el testimonio de uno de los criminales, cómo llevaban a los presos, después de haberlos torturado, en aviones de la armada y los arrojaban al Océano Atlántico.Videla, Massera y otros militares argentinos fueron condenados por los crímenes que cometió la dictadura que ellos encabezaron.
En suma, las violaciones de los derechos humanos de agentes estatales no pueden ser comparadas con fechorías cometidas por delincuentes comunes. No se trata de encontrar el cuchillo ensangrentado con las huellas digitales del asesino estampadas en él. Ni capturar a Alberto Fujimori con la pistola humeante en las manos después de haberle disparado un tiro en la nuca a Bertila Lozano, Enrique Ortiz, Armando Amaro y los otros estudiantes de La Cantuta.
LOS JEFES REALES
Los fiscales Avelino Guillén y José Peláez Bardales, así como los abogados de la parte civil Carlos Rivera, Ronald Gamarra y Gloria Cano, han demostrado fehacientemente la relación de mando y control de Alberto Fujimori sobre Vladimiro Montesinos y el Servicio de Inteligencia Nacional, y la relación que mantenían con el “Grupo Colina”.
El año pasado fue sentenciado a 35 años de prisión por la Primera Sala Anticorrupción el general (r) Julio Salazar Monroe, ex jefe formal del SIN, por el crimen de La Cantuta. Salazar tampoco les disparó a los estudiantes asesinados, ni dio una orden escrita para que los maten.Pero era el jefe nominal del organismo que dirigía y financiaba a ese escuadrón de la muerte.¿Qué se puede decir de los jefes efectivos, Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos?
RELACIÓN ESTRECHA
Como está ampliamente demostrado, Montesinos era quien dirigía el SIN y tomaba todas las decisiones. Y controlaba desde allí otras instancias de poder.La relación entre Fujimori y Montesinos no ofrece tampoco duda alguna.
El poder de Montesinos derivaba enteramente de Fujimori.El hecho de que Montesinos no detentara ningún puesto de mando formal –era asesor de la Alta Dirección del SIN–, corrobora absolutamente ese punto. Si legalmente no estaba capacitado para dar órdenes y manejar fondos millonarios, ¿por qué todos le obedecían?No era ministro, ni comandante general del Ejército, ni vocal supremo, ni fiscal de la Nación, ni nada.
Sin embargo, manejaba a los generales, jueces, fiscales y ministros.En el límite de esa relación simbiótica, Fujimori y Montesinos vivían y trabajaban juntos. En efecto, Montesinos le construyó un departamento, oficinas y garaje privado para Fujimori, sus hijos y su madre en el segundo piso del SIN, a pocos metros de donde vivía y despachaba Montesinos.
Las instalaciones incluían un baño japonés en el departamento de la madre de Fujimori, piscina temperada y sauna para el resto de la familia, y un gimnasio para Kenyi.Jamás ha habido, en la historia reciente del Perú, una relación de ese tipo: presidente de la República con algún funcionario de su gobierno.¡Y Nakazaki exige un papel que la acredite!
El desesperado ataque del abogado a los medios de comunicación indica que es consciente de que ha perdido el juicio, de que las pruebas contra su cliente son abrumadoras.

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