sábado, 7 de marzo de 2009
FELIPE TUDELA.... El Cansancio de un Patriarca
Don Felipe Tudela habla de su hastío por este juicio en el que se ha visto envuelto sin querer. A su edad ha tenido que pasar por un periplo insufrible, con un acoso de jueces peruanos que finalmente decidieron declararlo interdicto, es decir, incapaz de administrar su vida y patrimonio.
Él resume su calvario como un tinglado de "leguleyadas" que, finalmente (él no lo dice) ,terminaron por despojarlo de la administración de sus propios bienes. Por su edad, no por sus excelentes condiciones psíquicas, don Felipe ha tenido que ceder la custodia de todos sus bienes y dinero a sus tres hijos.
La Justicia ha visto por conveniente salvaguardar la herencia familiar y permitir que sus descendientes más directos (sus hijos de sangre) velen, custodien y administren el patrimonio que deberá ser transferido a los nietos y sucesivas generaciones de los Tudela.
En un gesto de nobleza que lo pinta de cuerpo entero, don Felipe pide que se deje en paz a su cónyuge, su querida "Chela". Reclama vivir su vida de pareja con la mujer que lo ha acompañado durante décadas y, según dice, le ha prodigado los cuidados más extraordinarios.
Don Felipe está cansado de todo el juicio al que lo arrastraron. Basta ya, llega a decir, y como si un truculento ser lo monitoreara, se llega a escuchar con un cinismo espeluznante:”qué pena que se hayan peleado,No” .La voz se refiere al conflicto entre Don Felipe y sus hijos.
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