martes, 10 de marzo de 2009
LA TETA VIOLADA
Hace unas semanas, con ocasión de comentar el galardón de la película “la teta Asustada”, Mariella Balbi tuvo el desacierto de afirmar que los terroristas nunca ejercieron violencia sexual contra la mujer y que durante los años aciagos de guerra interna solo las fuerzas armadas y policiales cometieron violaciones sexuales.
Al paso de esta afirmación le salieron varios críticos, entre ellos Martín Tanaka, quienes le enrostraron a la desinformada periodista que la CVR en un prolífico estudio detalló el desarrollo sistemático de violaciones por parte de Sendero y el MRTA.
Con ocasión del Día de la Mujer este tema ha vuelto a discutirse. Se ha llegado a afirmar que la violencia que resulta intrínseca en nuestra sociedad contra la mujer podría deberse a la crianza machista que prodigan –sin proponérselo, claro está-la mayoría de madres peruanas.
Esta tesis no deja de tener asidero si tenemos en cuenta que nuestras madres y abuelas fueron formadas con patrones definidamente machistas. Por ejemplo, hace dos generaciones los modelos a imitar fueron los tejes y manejes morales y de conducta de las películas mejicanas.Así, como hoy son referentes conductuales las telenovelas aztecas, brasileñas o hechas en Miami, aunque con menor trascendencia.
Siempre debemos recordar que en las décadas del 50 y 60s los paradigmas de comportamiento social lo dictaban los culebrones mejicanos,es decir,las películas y seriales rancheras,que se excibían masivamente en los cines de barrio. Y como todos sabemos, los charros son campeones en patrones machistas.
Pero el machismo,dirigido a controlar a la mujer,no solo se basa en una relación de mayor fortaleza física.Siempre ha tenido otros fines tal como lo reseñan Rocío Santisteban y Daniel Salas al comentar el artículo "Mujeres Machistas" aparecido el 8 de marzo en la Kolumna Okupa de La República.
La socióloga Rocio Silva Santisteban,resume así su posición:"El machismo, que es la dominación masculina basada en una idea errónea de la supremacía física del varón homologada como una supremacía moral, es una ideología que destruye tanto a hombres como a mujeres y que la transmiten tanto hombres como mujeres. Esta definición que propongo contrasta con otras que dan un mayor énfasis a lo sexual (la dominación sexual) y a la virilidad. Mi propuesta enfatiza el aspecto moral del machismo: el dominio del hombre estaría basada precisamente en esta homologación entre fuerza física y una cierta “fuerza” o supremacía moral que le permite ejercer dominio simbólico sobre las mujeres (e incluso sobre otros hombres feminizados). Lo perverso es que son muchas veces las mujeres —las madres— quienes han asumido estas ideas tan profundamente, que a pesar de sus experiencias de vida, las siguen transmitiendo en sus acciones.
El machismo no es una cualidad ni una condición del varón por sí mismo. El machismo es, ante todo, un sistema que produce tanto daño en los hombres como en nosotras puesto que exige una serie de comportamientos del varón que son imposibles, crueles e incluso canallas. Un cambio sostenible a ese nivel requiere de persistencia y paciencia pero también de acciones radicales: que las mujeres tomemos conciencia que somos, muchas veces, las primeras en difundirlo pero que debemos ser las primeras en cortarlo de hacha".
MACHISMO SANGRIENTO
En el Perú, la incidencia de crímenes contra mujeres ha llegado los últimos meses a niveles alarmantes. Y ni hablar de los actos de violación sexual que a diario se cometen en zonas marginales de Lima y, principalmente, al interior del País.
La hoy reconocida actriz huantina, Magaly Solier, sostuvo en una entrevista hace tres años, que en las zonas rurales casi todas las niñas han sufrido algún acoso o violación sexual. Y lo más alarmante de su afirmación es que estos crímenes son cometidos generalmente por quienes se irrogan la calidad de autoridades, llámese profesores, enfermeros, militares y policías o simples gobernadores o autoridades locales.
Con respecto a sus sufrimientos, Magaly no cuenta si fue agredida sexualmente, pero narra escenas escalofriantes dignas de un guión para cine que desgraciadamente se dan a diario en familias provincianas. Ha contado cómo fue explotada por su propia tía que la trajo a Lima con engaños. Cuenta que a su abuela los senderistas la degollaron y que su padre casi sufre igual destino.
Debemos recordar que la provincia ayacuchana de Huanta fue una de las zonas que más sufrió en la guerra interna que enfrentó a fanáticos maoístas contra el Estado. Allí por ser zona de ceja de selva se entremezclaron lacras como el terrorismo y el narcotráfico. En Huanta, así como en la zona del Alto Huallaga, se produjeron las escenas más macabras y alucinantes del baño de sangre que estremeció al país por cerca de 15 años.
En Huanta, se produjo en 1984 el asesinato y posterior desaparición del corresponsal del diario La República, Jaime Ayala Sulca.Cuatro años más tarde, el periodista de Caretas, Hugo Bustíos, fue cruelmente asesinado por un grupo de aniquilamiento extrajudicial conformado por el Ejército.
Paradójicamente el año pasado, 20 años después del asesinato de su padre, la hija de Hugo Bustíos fue ultimada de un disparo en la cabeza por su esposo, un desquiciado militar destacado en Tacna. Destino trágico.
Tambien,en el marco de la guerra antiterrorista se cometieron los más inimaginables abusos contra mujeres desde 1980.
Primero,los calabozos de la temida Dircote de la década de los 80s fue un centro de violaciones masivo en donde toda mujer que caía allí era sometida a violación sexual para que se autoincrimine o delate a sus cómplices.
En la zona rural o selva los crímenes sexuales casi siempre venia acompañados de muerte.Son mentadas las violaciones masivas que ejecutaban las fuerzas contrasubversivas en contra de mujeres pertenecientes a poblados sospechosos de cooperar con Sendero.
Pero el pico más alto de insanía se produjo entre 1988 y 1992 cuando las patrullas del Ejército aplicaron todas sus fuerzas para impedir que Sendero consolide territorios. A parte de arrasar comunidades,sus efectivos se ensañaron con las mujeres indefensas.
Existe serias denuncias que acusan a los hermanos Antauro y Ollanta Humala Tasso de comandar patrullas que convirtieron en un infierno las zonas de Dos de Mayo en Huánuco y Madre Mía y "Bolson Cuchara" en las afueras de Tingo María.
Actualización 17 de marzo,2009:Un completo y extraordinario informe escribió el experimentado periodista Fernando Obregón (Hijo del gran profesor de periodistas y productor radial Max Obregon) sobre la falsa tesis que Sendero no cometía violaciones sexuales.Mariella Ballbi,antes,en varias entrevistas en canal N,había deslizado la misma mentira con entrevistados.Y nadie la desmintió hasta hoy.
De paso,se desvirtua el coro que le hace el autodenominado "Peruanista" a la Ballbi quien afirma en su blog: "usualmente SL no violaba a las mujeres, eran los paramilitares, los soldados y policías del estado peruano los que abusaban de las mujeres andinas, y no estoy defendiendo a SL sino seamos honestos .."
Más que "peruanista" Carlos Quiroz -que escribe desde la comodidad de Washington DC- viene demostrando ser un nacionalista chauvinista e intolerante que de plano tacha todo lo que no reproduzca lo legendariamente andino y autoctonamente indígena.
Magaly Solier en dos entrevistas (en 2006 y 2007) cuenta los sufrimientos que como mujer le tocó padecer.
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