sábado, 20 de marzo de 2010


Historia de La Chicha


El Instituto de Etnomusicología de la PUCP acaba de publicar el documental “Ciudad Chicha”, dirigido por Raúl R. Romero y Omar Ráez. Intenta un acercamiento a la música tropical andina, también denominada “Chicha”. En este ensayo se muestra la opinión y análisis de músicos, compositores y antropólogos, quienes desmenuzan -desde su cosmovisión- el desarrollo de este género que tiene como una de sus virtudes el haber acortado la brecha social entre los capitalinos, logrando introducirse en estratos socioeconómicos impensados hace solo unos años atrás.

La música, es una herramienta emocional que acompaña a los pueblos desde épocas inmemoriales. Sin música, sin ese compás y acordes que reinventa el sentir de la gente, no existiría ese desfogue que requiere toda sociedad para mantener cuerdos y acoplados a sus componentes. La música diluye los sentimientos encontrados y los unifica, a tal punto, que los convierte en algarabía y símbolos de unión. Las melodías vienen incrustadas de vivencias, añoranzas, a la vez que desestreza el alma, muchas veces compungida por los vaivenes de la vida dura al interior del país.

Por eso es que es imposible encontrar un pueblo que no tenga fiestas que celebrar y música que lo identifique. Pero cuando se emigra a otra ciudad, el recuerdo de esa música se potencia, a la vez que se entremezcla con la nueva cultura que los acoge. Es así que el poblador andino, selvático, norteño o provinciano cuando llega a la capital, trae tras de sí sus costumbres y melodías.

Primero existió el huayno y las danzas de los pueblos profundos, esos con arpas, violines, instrumentos de caña, y luego potenciados con guitarras y vientos (principalmente en el centro del país). Dicha sonoridad aún perdura, pero se va perdiendo en el fervor popular cediendo paso a ritmos nuevos entremezclados con acordes contemporáneos que expresan también vivencias y sentimientos nuevos.

Haciendo un poco de historia reciente, podemos decir que a Lima, llegaron los grandes exponentes del huayno serrano, allá a mediados de los 60s. Consolaban y acompañaban a los primeros migrantes de la sierra de Ancash, Huancayo, Ayacucho, Apurímac, y demás pueblos del Perú profundo que se atrevieron a llegar a la capital buscando un mejor destino. Pero eran despreciados por ese abierto racismo limeño, inculcado por la ignorancia y la mediocridad de los primeros mestizos con alma de virreyes. Los provincianos fueron empujados a formar especies de guetos en donde se difundía la música y danzas andinas, selváticas y toda expresión bautizada por los estudiosos de la época como folklore. El lugar más reconocido donde se desarrollaron apoteósicas tardes provincianas es el antiguo coliseo del Puente del Ejército. Por su parte, los discos LP y simples eran vendidos en kioscos del Parque Universitario, cuyas carátulas mostrando desenfundadas piernonas disfrazadas de andinas, servían de atractivo para adquirirlos. Camucha Negrete y una joven Amanda Portales mostraron sus piernas y rostros para deleite de aquellos varones que transitaban por los alrededores del céntrico parque.

A fines de los 60 e inicios de los 70s, esa sonoridad principalmente andina en Lima recobra un nuevo matiz y se desarrolla la cumbia andina o también llamada “cumbia tropical andina”. Su principal gestor y brillante exponente fue Enrique Delgado Montes y su grupo “Los Destellos”. Él, salido de la escuela nacional de música, marca las pautas sonoras para lo que después sería un fenómeno musical hasta convertirse en un género nacional. Su música recoge acordes andinos (de los antiguos huaynos) y los mezcla con el ritmo de la cumbia tropical que se escuchaba en las fiestas de las quintas y solares limeños de la época y que se diferenciaba por el uso de saxo y demás instrumentos de viento y que más se acercaba al ritmo tropical caribeño.

Paralelamente, nacían grupos de música tropical con las novedosas guitarras eléctricas y los nacientes sintetizadores, tales como Compay Quinto (el creador del tema “El diablo”), Pedro Miguel y sus Maracaibos, Manzanita y su conjunto; luego saldrían, para competir con Los Destellos, los hermanos Cuestas y Los Ecos, el Grupo Naranja del norte del país, los Sanders de Ñaña, los Ilusionistas de Walter León, Los Beta 5, los Pasteles Verdes de Chimbote, Juaneco y Los Mirlos en la Selva y otros de menor fama.

Años después, a mitad de los 70s, surgió otra corriente musical que reflejaba los sentimientos de los arrabales de Lima, de aquellos sectores populares caídos en desgracia, que se entremezclaban con el lumpen citadino. Es así como surge Chacalón, quien se había emancipado del Grupo Celeste dirigido por el notable músico y compositor Víctor Casahuamán. Es a raíz del frenesí y descomunales peleas que se suscitaban en los conciertos chacaloneros, que la música tropical andina, ahora englobada en el término Chicha, pierde prestigio y es arrinconada por años al paredón extracultural, como si se tratara de un fenómeno sub urbano propio de los desclasados y parias.

Iniciados los 80s, el género musical recobra vida con la llegada de grupos como Pintura Roja que incluía a damas en la agrupación y sonoridad de la música popular Chicha. Surgen los Shapis, con un estilo nuevo, apegado a la sonoridad serrana del centro del país. Su fama se dispara a la inmensidad por su peculiar estilo,  pero, más que nada, por recoger en sus canciones letras con vivencias citadinas del sufrido provinciano que se esfuerza por abrirse campo pese a las adversidades. Todo un boom que se fue apagando con la llegada de nuevos ritmos que se fusionaron para exponer nuevas vertientes de la popular música Chicha.

Proseguirá en la segunda parte………

miércoles, 17 de marzo de 2010


CHOTEADO


El ex ministro de Justicia, Aurelio Pastor, ha sido el primer desembarcado (léase choteado) en esta batalla oscura de intereses que se inició con el sospechoso indulto al papá de los Crousillat y, luego, con la fuga de éste, pero nadie sabe cuándo terminará y cuánto lodo arrastrará. Y es que está en juego toda una campaña electoral para colocar en el sillón de Pizarro al próximo gobernante del Perú.
Mientras tanto, pugnas por canales de TV van y candidatos presidenciales vienen. Más de uno sospecha que detrás de toda esta pugna de poderes se tejen otros intereses. El tiempo, entremezclado con audios y demás basura nos despejarán el panorama. Mientras tanto aclaremos nuestras dudas con estas dos geniales infografias y caricatura que la prensa diaria nos entrega.
Gracias a El Otorongo y Carlín

miércoles, 10 de marzo de 2010


Caso Crousillat: Maniobras distractivas


José Enrique Crousillat esta en el ojo de la tormenta, por obra propia, ya que se ha esmerado en demostrar que estafó al Estado (una vez más) y a la opinión pública. Además, se estaría descubriendo que las “razones humanitarias” que motivaron el indulto presidencial habrían sido fraguadas o alteradas, induciendo a error al “bienintencionado” Alan García. Este nuevo panorama, obliga al ministro de Justicia, Aurelio Pastor, a desclasificar documentos claves que permitirán apreciar el teje y maneje que se produjo para emitir la cuestionada resolución de indulto.

José Enrique Crousillat, acostumbrado a demandar a sus críticos y hacer alardes de poder, arremetió esta semana contra su ex canal (América televisión), iniciando el camino legal para retomar su dirección. Para ello alega que la declaratoria de estado de insolvencia del canal 4 fue un acto oscuro tramado entre ex directivos del banco Wiesse (principal acreedor del canal) y el entonces presidente Alejandro Toledo. Todos los implicados han desmentido tamaña acusación.

Evidentemente, se trata de una maniobra de Crousillat para lanzar la bola al campo contrario y redireccionar los reflectores mediáticos ya que hasta el propio presidente de la República viene hablando de una revisión del indulto. La acusación es muy grave. Sea ésta cierta o no, persigue un claro objetivo (oscuro, diríamos): Hacer languidecer las protestas contra la cuestionada gracia presidencial y colocar en el paredón de fusilamiento a los implicados en este nuevo escándalo que, por tratarse de un medio televisivo que pertenece a un poderoso conglomerado, amenaza con movilizar mucha tinta y lodo.

Un Indulto que es un Insulto
(En Imágenes)















miércoles, 3 de marzo de 2010


Crousillat: La Mula lo ampaya por burro

Un periodista del consorcio de blogs llamado La Mula, ubicó y filmó a José Enrique Crousillat López-Torres junto a un grupo de amigos empresarios que esperaban su almuerzo en el reconocido restaurante Costanera de Miraflores del chef nikei Humberto Sato. El patriarca de los Crousillat, ha sido recientemente indultado por el gobierno de García bajo la justificación que se encuentra gravemente enfermo y amparado en una supuesta "acción humanitaria". Es decir, el régimen aprista dejó libre al mandamás de América TV en la era de Fujimori y Montesinos, aduciendo que este pobre hombre debía pasar sus últimos días de vida en la tranquilidad de su hogar, rodeado de sus hijos.

Pero este personaje, de antología entre los engendros corruptos que alistó el regimen de Fujimori, ni bien dejó la prisión se ha dedicado a enviar señales de altanería y desfachatez, una más audaz que la otra. Por ejemplo, apenas pisó la calle mandó a decir con su abogado que retomaría la producción de novelas y luego viene argullendo con su equipo de abogados que le corresponde retomar el manejo del canal 4 de televisión. Sí, la misma estación televisiva que prostituyó con rumas de billetes para ponerla a disposición de la mafía cuando ésta quería perpetuarse.

La captura en video de Crousillat padre fue hecha por el periodista Jonathan Castro, quien tuvo la osadía de ingresar con su cámara al mencionado restaurante de la cuadra 4 de la avenida del Ejército y filmarlo face to face desde la mesa del frente. Aunque no cruzaron palabra alguna, el rebozante Crousillat no pudo ocultar su incomodidad. Y sus amigos prosiguieron el rito rogando que esas imágenes no trasciendan.