miércoles, 8 de abril de 2009


FUJIMORI : el pasado lo condena 1

El experimentado periodista Ernesto Chávez,fundador de La República y que escribiera las más alucinantes crónicas callejeras de los 80s,se puso a hurgar en su vasto archivo y halló una joyita que revela la política de Estado que aplicaron los fujimoristas para encubrir las atrocidades más evidentes que se sucedieron en el régimen del ahora condenado, Alberto Fujimori.
Ernesto Chávez, ahora editor principal de “Crónica Viva” (web de la ANP) ,nos relata los detalles de la discusión que precedió a la famosa amnistía que Fujimori y sus secuaces del Congreso otorgaron a los miembros del Grupo Colina y a todos los policías y militares que desde 1980 habían cometido crímenes y masacres contra civiles indefensos.
Esa madrugada del 13 de junio de 1995 fue clave para el futuro de Fujimori y su estrategia de guerra encubierta contra el terrorismo. Se liberó de culpa a los asesinos del Destacamento de Operaciones de Inteligencia del Ejército (conocido como “Grupo Colina”) y se les dejó sueltos en plaza para que sigan matando impunemente
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Aquí la crónica titulada “La Madrugada de la Amnistía”:
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La madrugada de la amnistía
Por Ernesto Chávez Alvarez domingo, 06/01/2008
El ex dictador movió cielo, tierra y congreso para proteger a los asesinos que dice no conocer.
La siniestra maquinaria del SIN que dirigía Vladimiro Montesinos y la aullante mayoría oficialista fujimorista en el Congreso se movilizaron para defender a los asesinos del Grupo Colina, bajo la batuta del ex presidente, Alberto Fujimori, quien ahora marca distancia de sus protegidos de entonces. Pero el pasado lo condena.
El 9 de abril de 1995, el ex mandatario casi sufre un patatús palaciego al enterarse que, pese a todas sus maquinaciones para derivar el caso al fuero castrense, la fiscal Ana Cecilia Magallanes había denunciado penalmente por la matanza de La Cantuta al jefe del SIN, general EP, Julio Salazar Monroe así como a Martin Rivas, Nelson Carvajal, Jesus Sosa Grande y Hugo Coral Goycochea.
La tormenta sacudía al fujimorismo. En el parlamento la oposición exigía que se investigara a los altos mandos militares junto con los agentes del Grupo Colina mientras los deudos de las víctimas con sus indesmayables marchas habían calado hondo en la opinión pública nacional e internacional.
Como era de esperarse, el Consejo de Justicia Militar planteó contienda de competencia pero la indoblegable jueza Antonia Saquicuray rechazó toda injerencia castrense enfrentándose a la dictadura y la cúpula militar.
Operación Amnistía
La rebelión y amenaza de los agentes del Grupo Colina de revelar los entretelones de las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta obligó a los estrategas poner en marcha la Operación Amnistía para acabar con las incómodas investigaciones, judiciales o parlamentarias.
El 12 de junio la legisladora, Martha Chávez, abogada y autora de la alucinante hipótesis del “autosecuestro” de los estudiantes asesinados, dejó entrever a los periodistas que se cocinaba una monstruosa Ley de Amnistía.
"Todo es posible, tendría que ver qué alcances tiene el proyecto", dijo la inefable doctora sin querer queriendo.
Lo cierto es que la orden digitada desde Palacio de Gobierno había sido impartida a la mayoría oficialista que, sin pudores ni arrepentimientos, se prestaba a una de las más grandes barbaridades jurídicas con el pretexto de la “pacificación nacional”, un nuevo cuento chino de Fujimori.
Madrugada geisha
A la medianoche del 13 de junio, Gilberto Siura, el legislador que decía conmoverse de la angustia de los deudos, se sacó la máscara para mostrarse como uno de los más fieros representantes de Vladimiro Montesinos para presentar y “sustentar” la Ley de Amnistía.
Flores Nano los puso al desnudo: "-Tanto le cuesta al ingeniero Fujimori vivir bajo la bota del general Hermoza, siente tan poco el peso de la votación recibida el último 9 de abril, que no es capaz de poner coto a las presiones absurdas que el comando general le formula", señaló Lourdes Flores desde la oposición.
Fue una batalla desigual donde se impuso, a las 3.10 de la madrugada, el bloque del fujimorismo(Nueva Mayoría y Cambio 90) y Renovación de 47 legisladores. Del oficialismo solo dos se opusieron, Carlos Ferrero y César Fernandez Arce. Los once votos en contra de la oposición fueron arrasados.
El debate
La oposición hizo un llamado a retornar a la gobernabilidad democrática y el Estado de Derecho, en un marco histórico que requería "estabilidad" y soluciones concretas a la violencia mientras la mayoría sustentaba y legitimaba la violencia estatal como un "mal menor" en comparación al número de muertos producidos por los grupos subversivos.
Gilberto Siura inició el debate con la siguiente “sustentación”.
"Cada día teníamos que hacernos las siguientes preguntas: ¿acaso fracasó el sistema democrático en el Perú?, ¿acaso fracasamos los peruanos?, ¿hay solución para los peruanos? Luego surgió para nosotros la palabra "cambio" como una esperanza para el país. A esa voluntad y deseo de cambio, se agregó la decisión política que tanta falta nos hizo. Vino una mano fuerte que quizás fue necesaria y que ahora podemos nosotros evidenciar y comprobar que fue una buena solución.
-Esta noche no generemos el odio, ni continuemos el debate que empezó en mayo de 1980. Les pido que tengamos la hidalguía y la capacidad del Maestro de maestros que nos imparte la enseñanza cristiana: practicar el perdón por encima de todo. El perdón puede ayudar a todos peruanos.
-La injusticia social era un grito sordo que se escuchaba en silencio en las familias más humildes; y algunos hijos pobres que hicieron estudios en aulas universitarias, buscaron rebelarse a través de su propia reflexión y por influencia de doctrinas extranjeras, no con el ánimo de hacer política crítica sino violenta. Tales corrientes influenciaron en muchos jóvenes universitarios. Siendo profesores luego en las universidades, generaron rebelión en sus discursos buscando quizás justicia social. Ellos generaron rebelión, que hasta hoy podemos tener evidencia".
Pero de inmediato se retracta. Los excesos provienen de varios lados, discriminando entre la violencia "buena" y "mala":
"-Hubo excesos de ambas partes, porque en una guerra no se puede saber cuántos pueden ser los excesos; excesos que hoy dividen a los peruanos y que de alguna manera no permite que podamos trabajar con fluidez por la reconstrucción nacional, por la búsqueda de la pacificación verdadera... El país y los peruanos más necesitados son los más perjudicados hasta este momento".
El congresista fujimorista Manuel Chávez Romero se manda con un discurso cantinflesco y ayayero:
"-¿Quién o quiénes han respaldado al presidente Fujimori después del 5 de abril de 1992? ¡El pueblo peruano! Porque esto nos dice el pueblo peruano cuando continúa apoyando al presidente Fujimori. Se dice que el congreso es el peor de la historia republicana. ¡Falso señor presidente! El Congreso actual ha tomado la decisión política de pacificar al país en base al conductor del país que es el presidente Fujimori, nuestro presidente.
-¿Quién ha olvidado el costo del terrorismo?, ¿acaso pretendemos olvidar los veinticinco mil muertos como consecuencia del terrorismo?, ¿acaso diez o quince vidas humanas valen más que los demás muertos?67 ¡Todas son vidas humanas y todas tiene el mismo valor!"

Por Renovación, Francisco Tudela, quien después sería designado canciller, declara:
"-... sí estoy dispuesto a correr el riesgo para establecer la paz, que es el supremo bien de todo país civilizado. Contrapeso el crimen de unas personas individuales con el bien de más de veinte millones de personas. Pongo las dos cosas en balanza. Quiera Dios que no me equivoque, pero tal es la decisión que yo escojo: yo sí voy a votar a favor de la amnistía".
Por su parte, el congresista Enrique Chirinos Soto agrega:
"-¿Qué ocurrió en la Argentina? Empezó una horrorosa matanza, un horroroso terrorismo de Estado que, gracias a Dios, no hemos sufrido en el Perú sino mínimamente... Yo no estoy proponiendo una ley de amnistía igual, por la sencilla razón que la guerra civil desgraciadamente no ha terminado en el Perú. Tenemos veinte mil muertos y tenemos más víctimas y peores daños que a raíz que la guerra con Chile. Pero pudo ser peor, debemos estar tranquilos porque pudo ser peor, y no creo que debamos darle muchas vueltas al asunto".
Más adelante, Francisco Tudela retrocede más en el tiempo y nos traslada a un pasado plagado de guerras religiosas, para regresarnos luego, sin aduanas temporales, al presente:
Responde la oposición
Los congresistas de oposición hicieron esfuerzos denodados por impedir la aprobación de la ley, esbozando argumentos ligados a la defensa del Estado de Derecho, el orden democrático y los derechos humanos, en especial del caso La Cantuta:
Lourdes Flores Nano;
"-... la mayoría oficialista quiere amnistiar a los autores del caso La Cantuta, porque quieren olvidar el delito y la pena impuesta. El Comandante General del Ejército quiere olvidar que el operativo de La Cantuta fue decidido por la Dirección de Inteligencia que depende directamente de él. Quiere olvidar, que el Grupo Colina operó con el consentimiento del Comando General del Ejército... quieren olvidar lo que son las responsabilidades que algún día la historia juzgará".
Henry Pease:
"-¿El interés nacional' exige que los criminales de La Cantuta estén caminando por la calle?, ¿puede decirse que por el interés nacional se puede presentar al Perú ante el mundo como un país que no es capaz de respetar los derechos humanos?...'Exceso' no es una cosa planificada y no es un simple operativo, como acá se demostró, por el cual se saco a los estudiantes de su universidad y se los llevaron para asesinarlos, enterrarlos, desenterrarlos y volverlos a enterrar. Estos actos son crímenes comunes en todas partes y cualquier parte del mundo".
Gloria Helfer, del Movimiento Democrático de Izquierda (MDI):
"-Para que no nos olvidemos, señor, sucedió que el grupo Colina entró con permiso a la universidad La Cantuta. Nadie le puso obstáculos. Fue legítima su entrada. Se erigieron en dioses. Hicieron un trillaje. Dijeron: este sí, este no. Sacaron a los estudiantes en ropa interior... ¡El grupo Colina sabía el destino que iban a tener los estudiantes! Los llevaron a un campo de tiro en Huachipa y allí los asesinaron: les tiraron un balazo en la cabeza. Los enterraron. Cuando en el congreso se denunció estos hechos, los miembros del grupo Colina los desenterraron y los quemaron, quemaron sus restos e hicieron un segundo entierro... Señor, ¿tal crimen se quiere olvidar políticamente por la salud pública?, ¿va a quedar constancia que en el Perú se puede matar con impunidad?".
Perdón a los excesos
La mayoría oficialista que protegió a los asesinos del Grupo Colina y se burlaba de la desesperación de los deudos clama entonces por la reconciliación, una inspiración angelical llegada desde las nubes celestiales de Palacio de Gobierno
Enrique Chirinos Soto: "El Perú también necesita paz, piedad y perdón, disparados a todos lados, concretados en una ley de amnistía... A todos los excesos de uno y otro lado ¿o no ha habido exceso del lado terrorista? Yo le quiero poner fin a mi intervención con las palabras de don Miguel de Azaña para la España de la guerra civil: paz, piedad y perdón"
César Larrabure:
"-La promulgación de la Ley de Amnistía va a devolver al Perú la solución a sus problemas. En buena hora nació Alberto Fujimori para gobernarnos. Él a través del combate contra la subversión, va a darnos la paz para el desarrollo de nuestro pueblo y para que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos tengan un camino por donde transitar hacia mejores épocas".
Luis Paredes Cueva
"-La amnistía significa que los peruanos debemos olvidar todo, como cuando un padre de familia se olvida de todos los problemas que tuvo con sus hijos y les dice: 'Hijo mío: Ven. Tú has robado, tú has hecho lo que has querido, pero yo te quiero, yo te estimo; comencemos de nuevo y vamos a trabajar'. Esta práctica debe realizarse con el hijo, no importa la edad que tenga".
Martha Chávez
"-A los que creen que con la amnistía estamos dando un mensaje de impunidad, habría que decirles lo siguiente: 'No amigos, nunca más se va a repetir en el Perú la historia que vivimos hasta hace pocos meses. Nunca más en el Perú va a haber terroristas encubiertos en el anonimato que, aprovechándose de todas las circunstancias e instrumentalizando ideológicamente todas las posibilidades que le daba el estado de cosas, ataquen al individuo y a la sociedad; nunca más se va a dar esta situación'. De esa situación nos ocuparemos. Estamos trabajando para que aquí no haya miseria, inmoralidad, incapacidad e indiferencia".
Con esas frases que ahora resultan más patéticas que nunca, la mayoría fujimorista limpió de toda culpa a los asesinos del Grupo Colina. Se creían los amos y dueños de la "justicia" digitalizada desde Palacio de Gobierno por el ex mandatario que ahora es procesado. En esa época de ignominia dos ilustres magistradas decidieron parar en seco a la soberbia geisha. Y el peruano- japonés volvió a sacarse la máscara.

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