viernes, 10 de abril de 2009


PECADOS DE GUERRA de Alan García


Bruno De Olazabal esperó con ansias infinitas la llegada del domingo 22 de junio del 2003.Se cumplían exactamente 17 años desde que el Perú y el mundo se vieron estremecidos por una barbarie: La matanza de 244 internos acusados de subversión ocurrido en tres penales de Lima.
A él lo embargaba desde mucho tiempo una profunda depresión. Aunque no era consciente de ello, la ilusión de este reportaje lo incentivó mucho para proseguir con sus tareas periodísticas. Últimamente se había especializado en temas de derechos humanos.
En esta extraordinaria investigación, Bruno, ese rebelde de corazón, nos cuenta los pormenores que revistieron tamaña tragedia. Faltaban escasos 4 meses para su extraña muerte en un hostal de la avenida Brasil en Magdalena. Algunos dicen que lo encontraron muerto acompañado de una colega amiga llamada Catherine.
Lo cierto es que, a la vez que se empecinó en rememorar la matanza de El frontón (con nuevos testimonios), él vivía su propia tragedia tan honda como la soledad. Como la desesperanza que acompaña, seguramente, a cientos de familiares que vieron desaparecer a sus seres queridos hace 23 largos años.
Dicen que algunas vidas son suicidios y la de Bruno quizá lo fue porque se empeñó, siempre, desde que dejó las aulas de la universidad San Martin, en causas perdidas. La de El Frontón es una hace más de dos décadas. Nadie se atreve a hurgar más en los luctuosos hechos, con las justas desempolvan el tema.
Lo cierto es que Bruno, con ese inmenso amor por la verdad, plasmó en este reportaje todas sus ganas por descubrir los entretelones de un episodio negro de nuestra historia, que nunca ha sido esclarecido porque involucra a dos gigantes de la política peruana: al actual presidente Alan García (Apra) y a su compadre, el Almirante (r) Luis Giampietri (de la Marina).

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