JUAN MOSTO un fracaso más sí nos importa

Juan Mosto Domecq, es un talentoso compositor peruano que engalana la música criolla peruana desde hace 40 años. Hoy, a los más de 70 años de edad sufre el olvido y la postración que el Estado brinda a sus mejores hombres.
Quien no recuerda el vals “que importa”, que interpretara con dulzura y nostalgia la gran Lucha Reyes, o el triste tema “No sé” interpretado muchas veces por él mismo y por la desaparecida Verónika que es practicamente un himno entre los valses criollos.
Hace más de un año, a raíz de un reportaje televisivo, el Congreso le prometió una pensión vitalicia. Para hacer viable esta concesión hicieron que renunciara a una pensión privada de 400 soles que recibía y con la cual mantenía a su última hija ,Guadalupe María,de apenas 12 años.
Nada se concretó hasta hoy y el anciano compositor cayó en la miseria extrema, siendo rescatado por amistades nobles que no soportan la injusticia de ver a este carismático poeta criollo hundido en la desolación.
Últimamente ha sido operado de urgencia de un mal que lo aqueja. De no ser por la ayuda del director del hospital Carrión del Callao, Juan mosto nos hubiese dejado.
Y a todo esto, ¿dónde está la APDAYC? Esa asociación de autores y compositores que no asiste a uno de los más grandes compositores que ha dado el Perú y se dedica a ensalsar y promocionar a cumbiamberos millonarios. Debemos recordar que Juan Mosto fue presidente de dicha asociación hace algunos años.
“El poeta de la canción” requiere de la solidaridad humana y del cumplimiento de la promesa estatal para seguir batallando.
Lo recordamos cuando engalanaba, con prestancia y ternura, las noches criollas de los sábados en el programa “Danzas y canciones del Perú”, allá por los años 70s.
Ultimamente, lo vimos con su única casaca color oro viejo comprando un solo par de calcetines en el campo ferial “Polvos Rosados”. Con mirar triste y repleto de desconsuelo suele vender sus discos de poemas y boleros que grabara durante su estadía en Mexico.Pese a ello, solo ha sobrevivido en estos últimos tiempos de la caridad humana.