La mayoría de ciudadanos han visto con buenos ojos la aceptación gubernamental de construir un Museo de la Memoria que pretende recordar, y a la vez mitigar el rencor que nos ha dejado a los peruanos el terrorismo iniciado en 1980.
Solo un sector recalcitrante de la Marina se opone a esta pretendida exposición plural de los motivos, acontecimientos y consecuencias de la guerra que enfrentó por muchos años al Estado peruano y mesiánicos alzados en armas.
A la vez, muchas voces se han levantado en Ayacucho reclamando la sede, ya que fue ese pueblo el que más sufrió en ese baño de sangre.
Alberto Llanos, reconocido periodista que laboró en Panamericana televisión durante los peores años de la guerra, intenta en este texto explicar las motivaciones de ese pueblo para albergar en su seno una exposición de todas las vertientes que confluyeron tristemente en este proceso que nunca debe repetirse.
En todo caso,cabe analizar la posibilidad de instaurar un Museo que tenga sus anexos en Huamanga,Huanta y el Alto Huallaga que fueron las poblaciones que más sufrieron en este baño de sangre.
El debate queda abierto.
POR UN MUSEO DE LA MEMORIA...PERO EN AYACUCHO
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