miércoles, 29 de abril de 2009


POR QUÉ LA PANDEMIA SÍ NOS ALCANZARÁ

Ahora que la OMS declaró como pandemia el brote de la gripe H1N1,o gripe porcina, debemos estar más alerta que nunca y seguir estríctamente las normas de higiene personal y en espacios públicos para así minimizar las posibilidades de contagio.
El reconocido médico peruano, Elmer Huerta, nos explica en este artículo, por qué las medidas de control y prevención primaria ejecutada en puertos y aeropuertos resultan insuficientes para evitar que el virus llegue a nuestro país.
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El origen de la gripe mexicana
Por: Elmer Huerta
La gripe se lleva cada año la vida de cerca de medio millón de personas en el mundo, y se calcula que solo en EE.UU. mata a casi 40.000 personas cada invierno. El común denominador de todas es que las víctimas son niños pequeños, ancianos y personas debilitadas por algún tratamiento fuerte o alguna grave enfermedad.
Cada cierto tiempo, sin embargo, el virus de la gripe ataca con venganza al ser humano, y ocasiona miles de casos y muertes en amplias zonas geográficas, y escoge a sus víctimas ya no entre los más débiles y vulnerables, sino entre los más jóvenes y fuertes, como ahora sucede en México.
Parece que estamos a las puertas de una de esas ocasiones.
En solo dos o tres semanas, el reciente brote de gripe porcina ya ocasionó casi 1.500casos de enfermedad y segó la vida de más de 80 jóvenes mexicanos.
Al parecer, la historia empieza el 30 de marzo en el área de San Diego en California, cuando un niño con una gripe aparentemente común y corriente fue atendido en una posta médica. Como parte de un estudio de gripe, y no porque se haya sospechado algo especial con la gripe de ese niño (y, por tanto, de pura casualidad), se tomaron muestras de secreciones del paciente.
Los resultados hicieron noticia inmediatamente: se había aislado un tipo de virus porcino H1N1 que por primera vez atacaba al ser humano. Virus similares fueron aislados en otras cinco personas en California y dos más en el área de San Antonio en Texas. Luego sucedieron todos los lamentables hechos que ya conocemos.
Las autoridades de muchos países —infundadamente en mi opinión— dicen que pueden impedir el ingreso de esa gripe a sus territorios. Eso es imposible, pues una persona ya infectada, pero sin síntomas (lo que se llama un portador) puede entrar a cualquier país por más controles que existan en los aeropuertos (incluido un examen médico completo).
Dicho sea de paso, muchos de esos controles se limitan a “mirar” a los pasajeros y “preguntarles” si tienen algún síntoma de gripe o tomarles la temperatura. Es obvio que ese método no es muy efectivo. Si “pescan” a alguno es al más enfermo, pero obviamente no podrán detener a aquellos enfermos que todavía no han desarrollado síntomas.
Lo cierto, como lo demuestran las epidemias anuales de gripe en el mundo, es que no hay mucho que se pueda hacer. Todavía no tenemos vacuna (demora más o menos un mes y medio empezar a producirla) y no hay antibióticos (los antibióticos solo funcionan contra las bacterias, no contra los virus), por lo que estamos completamente desarmados contra este virus.
Lo único que queda es aplicar las medidas preventivas de sentido común, que se difunden ampliamente por los medios de comunicación.

El Comercio, 29 de abril de 2009

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