sábado, 21 de febrero de 2009
LA PORNOGRAFIA Y EL INTERNET
Se estima que existen 372 millones de páginas web dedicadas al porno: el 3% son británicas, el 4% alemanas y el 89% estadounidenses (cuando no los norteamericanos acaparándolo todo).Sin dudas, el porno llegó para quedarse.Bueno, siempre existió , primero, solapadamente, luego, dosificadamente, y actualmente, con un desenfreno que ni los alcahuetes de Sodoma y Gomorra habrían imaginado.
Hoy las páginas web porno han reemplazado al Penthouse de los 80 que circulaba por el mundo en feroz competencia con la revista Play Boy.Si aquellas codiciadas páginas abrían un mundo erótico de fantasías y alentaban la morbosidad entre púberes, hoy los millones de sitios web han atosigado a los curiosos a la vez que han desatado un imperio que de tanto desarrollarse podría autodestruirse.
Como referimos al principio, la principal industria porno se desarrollo en EE.UU, específicamente en el Estado de California. Tuvo su apogeo en los 90s ,pero siempre dio millonarios réditos a sus propulsores.
Desde la década de los 70s, la industria pornográfica gringa se fue desarollando.Primero, mostraba un erotismo con muchos bellos púbicos donde las escenas de sexo duro eran raras (súper excitantes para los sádicos de la época) y las estrellas eran de raza blanca. No había erotismo ni sexo explícito clasificado en categorías. Se pretendía estimular el erotismo y sexualidad en un público ansioso que no hacia distingos y percibía los estímulos como únicos.
Más tarde, a fines de los 80s y principios de los 90s, la industria llegó a su climax.Todo cambió. El sexo se difundió por categorías (sexo en grupo, hardcore, anal, wife, swingers, vintage, voyeur hasta zoofilia) y los mandamases de las productoras alentaron promociones de actores porno de raza negra.Asimismo, se incorporó en el menú de los húmedos instintos a actrices orientales y los encuentros sexuales interraciales cada vez más osados.
Para el año dos mil, toda la industria porno de EE.UU se había transformado: De ser una industria cinematográfica, se convirtió en un conglomerado de productoras de video, y últimamente han ingresado al campo de la high definition (HD).
Junto con este desarrollo y veloz despegue de las producciones eróticas, porno y de sexo duro, también el fenómeno trajo consigo problemas tan graves como el de la explotación sexual clandestina de menores y hasta niños. Un problema que las principales policías del mundo intentan con rigor exterminar, combatiéndolo con todas las armas tecnológicas que hoy existen.
En otra arista del problema, algunos ya están llegando a la conclusión que el desenfrenado consumo de pornografía en personas unidas en matrimonio y con familia, trae consigo la destrucción paulatina de estas convivencias, debilitando el núcleo principal de la sociedad civilizada.
Finalmente, debemos decir que este imperio está seriamente amenazado por el internet que, en el último año, ha dado a luz a decenas de páginas interactivas que presentan cortos y hasta capítulos enteros de videos porno, desgastando así las ventas de discos físicos de los grandes conglomerados y haciendo peligrar el desarrollo futuro de la industria del sexo explícito.
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