Escrito por Silvio Rendon
Que el Perú compre armas, sobre todo de ciertas fuentes, históricamente ha provocado tensión con los Estados Unidos. Al parecer es lo que viene ocurriendo con la compra de tanques chinos, que según el ex ministro del interior Fernando Rospigliosi, son chino-pakistaníes, y se llaman Al Jalid, ver Al Khalid y Farra militar.
Y es curioso porque si vemos qué países son los principales clientes de la industria bélica americana en el hemisferio, encontramos lo siguiente:
Table 2. Leading Purchasers of U.S. Defense Articles and Services, Total Values of American Republics Agreements Concluded
(in current U.S. dollars, rounded to nearest million)
American Republics-Agreements-2001-2004 -- 1 Chile $550 million --2 Canada $544 million --3 Brazil $168 million --4 Colombia $139 million[a]--5 Venezuela $47 million
American Republics-Agreements-2005-2008 --1 Canada $2.49 billion --2 Brazil $1.13 billion --3 Colombia $608 million[a]--4 Chile $145 million --5 Argentina $102 million
American Republics-Agreements-2008 --1 Canada $821 million --2 Brazil $388 million --3 Colombia $310 million[a] --4 Chile $78 million --5 Argentina $47 million
a. Includes FMS sales related to international narcotics interdiction programs.
Fuente: Congress and Law: U.S. Arms Sales: Agreements with Leading Purchasers, 2001-2008.
Como se puede apreciar, Estados Unidos tiene como principales clientes de su industria bélica a un par de países limítrofes con el Perú, notablemente Chile, que figura siempre entre los cinco primeros compradores. Lejanas están las épocas del embargo de armas de EEUU a Chile por la enmienda Kennedy, ver Los militares chilenos y su relación con los Estados Unidos. Pareciera que es más bien el Perú el que tiene un embargo, una suerte de veto de los Estados Unidos a la compra de las mismas armas que sí vende a los vecinos.
Así ocurrió con la compra de Mirages en 1967, en que el gobierno americano amenazó al Perú con poco menos que plagas de Egipto (sanciones económicas de parte del gobierno americano, pero también del FMI y bancos privados americanos) si el Perú procedía con tales compras (después de haber dotado de aviones supersónicos a la Argentina y a Chile, como vimos en 1967: Perú-EEUU, la crisis de los Mirages 1 y 1967: Perú-EEUU, la crisis de los Mirages 2.
El siguiente documento desclasificado de la CIA (hacer click para bajar el pdf) nos cuenta cómo Estados Unidos preparaba sanciones al Perú en 1996. Éstas eran: rechazo de los deudores del Club de París y del Fondo Monetario Internacional, rechazo de países miembros de APEC a que el Perú forme parte de esa asociación internacional, y que Estados Unidos directamente sancione al Perú. Las relaciones Perú-EEUU no seguían una política de “cuerdas separadas”, por un lado la integración económica y por otro lado el tema geopolítico-militar. No, el gobierno americano abiertamente analizaba sus opciones para sancionar al Perú usando su poder en multilaterales como el FMI.1
La razón de la preocupación era la compra de aviones MIG-29 y SA-19, y de misiles Scud. La inteligencia americana analizaba diversos escenarios de combinaciones de compras de armamentos por el Perú. Lo que saltaba a la vista era que el Perú tenía los recursos económicos para la modernización. Había recursos para la compra de armas, sin poner en compromiso los objetivos económicos del gobierno. Corea del Norte, posible proveedore del Perú, había marketeado bien los Scuds, a precio mucho más bajo que los MIGs. (El informe incluso señala que estos precios bajos incentivaban también a los oficiales involucrados en las negociaciones de compra a beneficiarse personalmente.).
Lo que más le preocupaba a los Estados Unidos era la pretensión peruana de comprar Scuds, y en particular de Corea del Norte. Y en esta preocupación no estaba solo, sino que también la Argentina y Brasil objetarían la compra peruana de los Scuds. Sin embargo, precisamente por esta gran presión era que las probabilidades de compra de Scuds era muy baja (1 a 10). Ahí era donde venían las sanciones económicas que deteriorarían la economía peruana. Nos aplastaban económicamente. Esas eran las medidas de disuasión contra el Perú. En cambio, no tenían ninguna medida efectiva de disuasión contra los proveedores de armas, como Bielorusia, Rusia y Corea del Norte.
Así era la cosa en 1996, no muy diferente a cómo había sido en 1967. Amenazas con sanciones económicas, no admisión en asociaciones internacionales. Para nada había “cuerdas separadas”. Cabe preguntarse, ¿qué está ocurriendo ahora mismo con la compra de armamento de fuentes no americanas? ¿También se vienen las sanciones económicas? Tampoco el reciente cambio de ministro de economía parece haber estado desligado a la problemática militar. Tocará estar atentos al tema y saber interpretar las diversas señales que se vienen dando. Ya puede el Perú ser anfitrión de APECs y APICs. La integración económica no está para nada desvinculada de las presiones de carácter político y militar americanas, en que parece haber más intereses en común y favoritismos con nuestros vecinos y vetos contra el Perú.
P.S. La aspiración peruana a Scuds es conocida (y temida) en la región, como vimos en El cohete Paulet 1 y el Scud. Como diría el grupo rumbero Los Manolos “tú tienes cuchillo charlatán, yo tengo pistola”.
1.Esto no es extraño en diversos casos de integracía económica. En los ochentas la tardía España entró a la Comunidad Europea, pero también a la OTAN. Una venía con la otra. Se la vendieron “surtidita” y aceptaron.
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