Un anuncio comercial que dilapida cualquier apetito. El Comercio no tuvo mejor idea que propagandizar su nuevo coleccionable de "comidas saludables", apelando a una publicidad discriminatoria y, para muchos, racista, que hurga en modelos de elección primarios y primitivos, totalmente censurables en un contexto social como el actual en el que se busca la inclusión basada en propuestas de tolerancia y aceptación del prójimo.
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