viernes, 11 de diciembre de 2009


Periodismo: Otorongo Sí come Otorongo

11 de diciembre de 2009
Américo: ¿Por un puñado de Soles?

Quienes alguna vez pisamos las viejas, pero siempre remozadas, estructuras del edificio de la revista Caretas, sabemos que allí no pagan mal. Aunque el viejo volkswagen del fotógrafo Oscar Medrano siempre insinuó lo contrario. Los sueldos son decorosos y los “vales” te sacan de más de un apuro.

Aunque la bohemia ronda por todos sus ambientes, son pocos los que caen en la tentación de desestresarse con el líquido elemento. Más bien, suculentos son los recuerdos del viejo local de Camaná en donde, el chino del restaurant afiliado, expendía el arroz con mariscos más sabroso de toda Lima.

Como decía, la paga nunca ha sido mala en la decana de las revistas. Entonces, qué puede llevar a un periodista, cuajado en mil lides, a pedir dinero y negociar una información. Lo que nos cuenta la siempre valiente periodista, Paola Ugáz, es inconcebible y duele creerlo.

Es cierto que Caretas, desde el alejamiento del viejo zorro del periodismo, Enrique Zileri, ha decaído mucho en su compromiso y contenidos, pero, de ser cierta la información que se divulga en el siguiente informe, estaríamos ante un duro golpe a la credibilidad del periodismo de investigación, cuyos exponentes, por muchos años, se han jugado literalmente el pellejo por mantenerlo vigente y vigilante. A continuación leamos atentamente lo que nos cuenta, de primera mano, la reportera Paola Ugaz en su blog larryportera.

Descubriendo Américo
 


Diciembre 10th, 2009
Por Paola Ugáz

Aprendí lo que sé de periodismo en la revista Caretas, a donde llegué a trabajar en diciembre de 1999. Tras una entrevista con el actual director Marco Zileri, en la que botó –con una sonrisa encantadora, dicho sea de paso- al tacho mi flaca hoja de vida con estudios de antropología en la Universidad Católica y mas flacas practicas aquí y acullá, entré de asistente del veterano periodista César Lévano, en lo que se anticipaba como un verano caliente: la anunciada tercera reelección de Alberto Fujimori.

El calor húmedo del centro de Lima me acogió como una principiante más en la legendaria revista, donde se sirve en los cierres semanales de edición, el humeante caldo de gallina más potente que he probado hasta hoy y con el que mas de una vez, quedé encerrada en el viejo ascensor de puerta roja del Portal de Botoneros.

En mis primeras comisiones de trabajo, recuerdo haber trabajado con Francisco Rodríguez -“tic tic tac”, para los amigos-, Carlos Saavedra, Javier Zapata y Gilmar Pérez, grandes fotógrafos y guías iniciales en ese oficio humilde del periodismo, así como el ayacuchano entrañable, Oscar Medrano y “manos mágicas”, Víctor Ch. Vargas; un equipo de polendas para una revista que dio la hora en esos años aciagos del fujimorismo y sus acólitos.

En febrero del 2000, publiqué mi primera portada en Caretas; los “hackers” que trabajaban en la ONPE de Portillo, un hito importante en la vida de cada novel periodista -sobre todo alguien que empezaba como yo- y a partir de ahí, “me subieron”, pero de piso, y de trabajar con Lévano, en el piso 4 de la revista; pasé al piso 5, en la histórica área de “Seguridad”, donde Ramiro Escobar, era el editor –el menos gruñón y simpático que he conocido en mi vida- y Patricia Caycho, era la apasionada, joven e inteligente reportera del área.

Junto a la señorita Caycho, recorrimos algunos bares del centro, buscando quizás, personajes de esa Lima que siempre se está yendo; momentos en los cuales nuestras entonces jóvenes gargantas, libaron y libaron, en medio de charlas donde –me avergüenza decirlo- nos la pasábamos hablando de Fujimori y mas Fujimori.


Ya instalada en el área de Seguridad ó como se le conocía “La comisaría”, conocí a Enrique Zileri Gibson, uno de los forjadores del periodismo contemporáneo en el país y quien sigue con el espíritu joven y divertido e indomable aunque irónicamente se encuentre camino a las ocho décadas.

Con él intenté aprender, en una suerte de acelerado posgrado: la importancia de escribir bien, la búsqueda incesante de la verdad, la ironía fina, el desenfado y el humor. Además como reseña de Zileri, Gustavo Gorriti en el libro “La calavera en negro”: Zileri es uno de los mejores tenores del país, sobretodo, en los días de cierre.

En esa universidad que fue Caretas para mí, no puedo dejar de nombrar a Fernando Vivas y Jaime Bedoya, amigos y maestros para toda la vida, a quienes siempre intentó emular por su integridad, pasión al periodismo y endiablada buena pluma.

A PUBLICAR

Es por ese agradecimiento eterno que le tengo a la revista Caretas que debo hacer público lo que presencié detrás de bambalinas, el pasado 19 de octubre: a un periodista pidiendo desesperadamente dinero a una persona a la cual investigaba semanas atrás para la revista en la que trabajaba de editor, para –según argumentó- sacar de la clínica a su mamá que –después de mis averiguaciones periodísticas- se encontraba de buena salud en su casa, ubicada fuera de la ciudad de Lima.

El post es publicado casi dos meses después porque quería informar a los directivos y mis compañeros de la revista del hecho del que fui testigo y cotejar hasta el último milímetro, toda la información que sale hoy ante sus ojos, lectores del blog de Larryportera.

Todo empezó en la mañana de ese día -que ya era complicado porque había dormido poco, ya que un familiar mío estuvo enfermo y me tuvo en pie toda la noche- con una llamada de Blanca Burmester -a quien solo había visto una vez en mi vida- a mi teléfono celular, en la que me pedía una cita con urgencia, y en la que en un principio me negué, porque estaba cansada y con un humor de perros, tras la noche en vela.

Acepté de mala gana y nos encontramos en un café de Miraflores que queda cerca de su departamento y apenas me vio, puso encima de la mesa, el documento Nacional de Identidad del periodista Américo Zambrano Romero, y me dijo –para mi estupor- que él lo había dejado dos días atrás con el portero de su edificio, porque la buscaba con ansias y ella no conocía el motivo, aunque sospechaba que era para pedirle dinero.

Burmester me dijo, “sé que ustedes no me creen y creen que yo soy la mala de esta historia que inventó Américo Zambrano, yo no tengo que ver en nada y ahora viene a buscarme. La única manera de que ustedes se convenzan (se refería a mi mentor y amigo, el periodista Gustavo Gorriti; y a quien Burmester había llamado antes que yo, pero que en esos días, se encontraba fuera de Lima), es que seas testigo de lo que él quiere decirme”.

En ese entonces, yo me consideraba amiga, además de colega de Américo Zambrano.

Con él había compartido una experiencia periodística, cuando se hizo la reveladora fotografía del restaurante “Fiesta” del 12 de junio de 2006, día en el que estábamos celebrando el cumpleaños de mi padre junto a mi hermano Antonio. Al llegar Agustín Mantilla, su hermano y su troupé; llamé a Gustavo Gorriti para alertarlo del peculiar acontecimiento, y él a su vez, llamó a Américo Zambrano que para el bien de todos nosotros, llegó acompañado del fotógrafo Oscar Medrano.

La osada idea de Blanca Burmester era que vaya a la sala contigua al comedor principal del departamento y sea la testigo secreta de la conversación entre Américo Zambrano y ella, hecho que al principio me negué, pero al que terminé aceptando, asumiendo que sería testigo de un diferente desenlace de los acontecimientos.

Ingresé con la joven asistente de Blanca por el ascensor de servicio al departamento, al tiempo que ella se encontraba con Américo Zambrano en el lobby del edificio y subían juntos por el ascensor normal.

Desde que arrancó la conversación, sentí una cachetada que me remeció: Blanca Burmester le increpó a Américo por sus malas prácticas periodísticas y le puso como ejemplo, el dinero que había recibido en simultáneo por el asesor de un político y de una empresaria, para realizarse una cirugía de menor cuantía; hechos que no fueron negados por el periodista y sí confirmados, ante mis asombrados oídos.

Luego, le habló de la nota que quiso publicar en portada de la revista Caretas donde presuntamente buscaba exponer un chantaje que ella le había realizado a nombre de los Sánchez Paredes, a raíz de un encuentro que tuvo Américo Zambrano con Orlando Sánchez Miranda, con la ayuda de Blanca Burmester y que salió publicada en la edición 2052 de Caretas, del 6 de noviembre de 2008.

En ese momento, Américo Zambrano le pidió repetidamente disculpas y le echo la culpa de esa publicación –que salió en la sección de Mar de fondo de la revista- a Marco Zileri, a Jaime Bedoya y le atribuyó a Enrique Zileri, errores productos de la vejez por haber dejado publicar esa nota sobre Blanca Burmester, quien fue colaboradora eficaz en el caso que se le siguió al capo del narcotráfico, Fernando Zevallos, al haber sido Jefa de Comunicaciones en la extinta aerolínea, Aerocontinente.

Zambrano negó en todo momento su responsabilidad en la nota para pasar inmediatamente a pedirle dinero a Blanca Burmester para sacar de la clínica San Felipe a su mamá.

El entonces periodista argumentaba que en la revista no le habían pagado la liquidación -que según afirmó- le correspondía tras su salida de Caretas y que estaba en una situación desesperada y que necesitaba de su ayuda monetaria.

Por un puñado de miles de soles, se vendía un periodista respetado y querido por todos –me incluyó en el grupo- un joven que forjaba una carrera siguiendo a los malos y que había ganado en el mismo año, el 2007, el Premio a la Mejor Investigación Periodística de un Caso de Corrupción en Latinoamérica, concedido por Transparency International Latinoamérica (TILAC) y el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) con el auspicio de Open Society Institute (OSI).

Zambrano recibió esos premios que llegaban a los 20 mil dólares, por las notas que publicó sobre el clan de los Sánchez Paredes.

Fueron cachetadas y ramalazos en el cuerpo los que uno siente cuando es testigo de un hecho tan doloroso: el derrumbe moral de un periodista que investigó por muchos años a los Sánchez Paredes y que, ahora, le pedía dinero a la persona que iba a ser la protagonista de un reportaje de denuncia por presunta extorsión en la revista Caretas.

Américo Zambrano Romero pudo ser uno de los mejores periodistas de su generación.

Y su voz era otra, su respiración era entrecortada y su desesperación por el dinero ocupaba toda la habitación.

“Mi mamá está enferma, eres la única persona que me puede ayudar. No lo tomes como un chantaje”, decía una y otra vez Américo Zambrano, para mi estupor y el de todos los que lo respetábamos, hasta ese día.

Mientras tanto, Blanca Burmester, a su vez, sufría un ataque de nervios por encontrarse frente a frente con quien meses antes había buscado involucrar en una investigación periodística que finalmente salió en la sección “Mar de fondo” de la revista Caretas, y en la que de refilón, se publicaban inexplicablemente amenazas al celular de Américo Zambrano.

Esa nota en contra de Burmester y que se publicaría en la revista Caretas, iba a perjudicar de rebote, a su ex enamorado, el periodista de investigación, Miguel Ramírez, quien coincidentemente había compartido el premio que entregó IPYS en el 2007, y una de las personas en las que mas piensa el capo del narcotráfico, Fernando Zevallos, cuando se levanta cada mañana, en su celda de Piedras Gordas.

“Blanca, todo fue una calumnia, yo nunca quise hacerle daño a Miguel. Estoy aquí de la manera mas transparente, estoy dispuesto a hablar en audio o en video sobre tu inocencia. No voy a decir, Blanca me prestó y me obligó a que no publique. Yo puedo hacer muchas cosas, filmar, grabar. En la revista no me han pagado nada, ni CTS, necesitó dinero porque mi mamá esta mal”, señaló Américo Zambrano (de acuerdo a un audio de 33 minutos y 18 segundos que está en poder del blog de Larryportera).

Luego, Blanca Burmester entró a la sala donde me encontraba porque necesitaba tomar un vaso de agua, y al salir se fueron con Américo Zambrano, y una acompañante a una institución financiera, a solicitar el dinero que pedía el periodista.

Pero, antes de hacer este paseo, Blanca Burmester había hablado con el agente sectorista para decirle que le niegue el préstamo que iba a solicitar por carecer de fondos.

Una vez que le informan a Américo Zambrano que el préstamo no iba a salir, éste se derrumba en la silla y no sabe a que atinar. Está ojeroso y desesperado. Esta visita a la institución financiera está registrada en vídeo, con la fecha del 19 de octubre en horas de la tarde.

HABLA AMERICO

Ayer -9 de diciembre- recibí un correo electrónico de Américo Zambrano que reproduzco a continuación:

Pao, desde hace unas semanas corren los rumores de que Blanca me
habrìa grabado supuestamente “extorsionàndola”, lo cual es muy
gracioso. Lo que sì creo que pasò es que ella se aprovechò de una
conversaciòn, posterior a mi salida de Caretas, en la que yo le digo
que mi madre està enferma. Pero creo que a estas alturas nada me
sorprende en ella.

Afortunadamente la conversaciòn se dio cuando yo había ya renunciado a
Caretas y cuando la nota en que la menciono como la relacionista
pública de Orlando Sánchez ya había sido publicada en Mar de Fondo. Es
obvio que ella tenía que vengarse y si tiene una buena arma esa es su
lengua y presumo yo secundada por Miguel Ramírez. Sea como fuese hoy
me llamó una persona diciendome algo así: “Paola Ugaz también ha
escuchado a Blanca y le cree”. Yo me reí pero igual decidì escribirte.
Cualquier cosa llàmame al XXX-XXX-XXX
Un beso
Américo.

EPILOGO

Escribir esta nota ha sido muy doloroso de hacer para mí porque escribo de alguien a quien admiré sinceramente, por ello, cada línea me ha tomado mas tiempo de lo normal y porque me advirtieron, traería consecuencias para la investigación judicial que se les sigue a los Sánchez Paredes.

Es decir que la revelación de esta información sobre Américo Zambrano jugaría a favor de la familia investigada por la justicia.

Considero lo contrario, este post contribuye a esclarecer a los buenos de los malos periodistas, a separar la paja del trigo y acabar con hechos, con la siniestra frase que se escucha cada día entre nosotros: otorongo no come otorongo. No, al menos no hoy.

Actualización (Viernes 11 de diciembre de 2009) hecha por Paola Ugáz en su mismo blog

A continuación, publico una carta enviada a otra persona por Americo Zambrano y que se me envió como copia al correo:
1. La reuniòn que reseña Paola fue la segunda. La primera ocurriò tres
dìas antes. Fue Blanca la que me llamò llorando y querìa reunirse
conmigo y con Miguel. Fui. Ahì me dijo que estaba entereda del
problema de mi madre. Le dije que estaba cabezòn por eso y se ofreciò
a hacerme un prèstamo “transparente”. Yo estupidamente aceptè y ese
fue mi gran error. No tenìa a quièn màs acudir. Me citò para el lunes
y fue ahì cuando olvidè mi Reniec. El lunes ya me esperaba lista la
trampa y fui grabado. Reconozco ese gran gran error.
2. Yo ya habìa renunciado a Caretas. No podìa ofrecerle nada puesto
que el Mar de Fondo ya habìa sido publicado. El audio que tengo en el
que su mano derecha la acusa de haber recibido mensualmente dinero de
Orlando Sanchez se lo entreguè a Hildebrandt apenas tres dìas atràs.
Si hubiera querido extorsionarla pues le entregaba ese audio que ella tanto anhela y asunto arreglado.
3. La investigaciòn de los Sànchez se hizo con el mayor cuidado y
profesionalismo. NInguna nota ha podido ser refutada. Yo tengo varias
querellas por difmaciòn por este caso y una por estafa. Anteriormente
no aceptè presiones de ellos ni ofrecimientos de la propia Blanca. Por
què habria de hacerlo ahora y sobre todo de Blanca Insisto en que ella se aprovechò del problema mèdico de mi madre. Pero en fin. La nota de Paola me deja virtualmente como un delincuente, cuando pienso que mis notas, todas, fueron desarrolladas siempre con el mayor profesionalismo, ètica y decencia.
Amèrico

Respuesta de Paola Ugáz.- Minutos después que Américo Zambrano abandonó el departamento de Blanca Burmester nos dimos con la sorpresa de que la mama de Américo, no estaba hospitalizada en la Clínica San Felipe como afirmó en la conversación con Blanca Burmester sino que se encontraba -al llamarla por teléfono- sana en su casa ubicada fuera de la ciudad de Lima.



En el blog “Desde el tercer piso” rebotan la noticia: Los cínicos no sirven para este oficio.
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Otra actualización de "Desde el Techo"
De Entuertos que tienen cola

En agosto pasado, cuando aún Belmont lo deseaba en su canal, César Hildebrandt comentó sobre una supuesta "bomba"  periodística que fue desactivada antes de ser publicada y que hubiese comprometido al jefe de investigaciones de El Comercio, Miguel Ramírez, esposo de doña Blanca Rosa Burmester Landauro.


El cuestionado y casi dilapidado periodista Américo Zambrano ha dirigido una carta a la representante del IPYS, Adriana León, en donde intenta esclarecer los hechos denunciados por Paola Ugáz en su blog. El ex jefe de investigaciones de Caretas, pretende desvirtuar lo sucedido el día del supuesto chantaje en el departamento miraflorino de la ex relacionista pública de los Zevallos, ubicado en la cuarta cuadra del céntrico jirón Vasco Núñez de Balboa.
Lo transcribimos:

Carta de Américo a Ipys (versión original)


Adriana, algunas consideraciones para que se tomen en cuenta, por favor.

1. Fue, sin lugar a dudas, una trampa. Un viernes Blanca me llamò y dialogamos.
LLorando me pidiò dejar todo en cero y le dije que yo ya habia renunciado a
Caretas y que mi madre estaba enferma. Ella me ofreciò un prestamo y
yo sin tener a quien acudir, estùpidamente, acepte.
Quedamos en vernos el lunes. Fue ahi cuando olvide mi DNI.

2. El lunes acudi y fui grabado. No me presto un sol, por supuesto ni
me pidio nada a cambio tampoco. No tenia que ofrecerle.
Yo ya habia renunciado a Caretas. Me encontraba, por lo tanto, sin trabajo.
la nota donde la menciono como la relacionista de Orlando Sanchez Paredes
ya habia sido publicada. Un audio donde su ex mano derecha la acusa
de recibir mensualidades de Orlando Sanchez se lo hice llegar a Hildebrandt
apenas dìas atràs. De què chantaje o extorsión hablamos entonces?

3 El trabajo periodìstico de los Sanchez Paredes se desarrollò con
profesionalismo y transparencia. Ninguna nota pudo ser demolida. Por
el contrario, ellos me han entablado querellas por difamacion, aun en
curso, y hasta soportè amenazas a mi familia y mi persona. En todo
este tiempo, en Caretas, actuè con la mayor correcciòn y ética.

Nunca recibí un sol ni de ellos ni de nadie. Y si asì hubiera ocurrido, pues
hubiese aceptado el departamento barranquino, el terno y las
comidas que me ofreciò Blanca para dejar de publicar sobre Orlando Sànchez Paredes.

4 Lo que sí està claro es que los Sànchez Paredes han desatado una
campaña de desprestigio que finalmente ha dado resultados gracias a Blanca.
Lamento mucho todo esto, pero la versión hay que contarla completa.
Amèrico

Actualización al 12 de diciembre
Pao explica y sustenta
Una entrevista en video de Jonatan Castro de LaMula



...También viene: Próximamente, el descargo de Américo Zambrano

Reactualización al 16 de diciembre
Américo Zambrano: "Me tendieron una trampa"



Aquí, parte del audio de la conversación (digamos, discusión) entre la esposa de Miguel amírez de El Comercio, Blanca Blumester, y el periodista Américo Zambrano, en el departamento de la primera, ubicado en el noveno piso de la cuarta cuadra del jirón Vasco Nuñez de Balboa (Miraflores).

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