El Baile del Twitter

Los medios alternativos de periodismo, la mayoría de ellos independientes, irreverentes y hasta sacarroncheros, vienen siendo ojeados cada vez con más curiosidad por aquellos que algún día desdeñaron su impacto y capacidad de influir en el ideario de los ciudadanos. En otras partes lo llaman “periodismo Ciudadano”. Acá, suelen llamarlos comunidad de blogs, bloggers o bloggeros. Este, para muchos novedoso medio de comunicación, se populariza entre quienes tienen algo que comunicar, por ende, su llegada, por ahora, abarca a los periodistas, intelectuales, estudiantes universitarios de humanidades, sociología, derecho y afines. Es consultado también, muchas veces secretamente, por líderes de opinión como César Hildebrandt, Rosa María Palacios y otros para contrastar la información sesgada y muchas veces parcializada que acostumbran dar los medios conocidos de prensa.
Ahora, la comunidad del Twitter causa furor en un ámbito un poco elitista pero cada vez más trascendente entre quienes tienen, por su trabajo o aspiraciones comunicacionales, que interactuar con los demás. Se trata de un misterioso pero lozano pajarito azul que a los comunicadores, principalmente, quita el sueño y ha demostrado estar, muchas veces, por delante de las noticias trascendentales.
¡Qué estás haciendo?, es la interrogante en la que se basa el accionar de Twitter, un experimento que vio la luz en el 2006. La mayoría utiliza esta herramienta para, en sus pocos ratos libres, ir detallando sus actividades y los altibajos de su humor. Pero los hay otros, que la tienen como arma comunicacional para difundir ideas, información y proyectos basándose en su inmediatez y cobertura. Se calcula que actualmente debe bordear los 18 millones de twiteros repartidos en todo el mundo que por afinidad de inquietudes se agrupan en pequeñas y no tan pequeñas comunidades que entrelazan al minuto información entre sí.
Se habla que Obama, mejor dicho, su equipo de prensa y propaganda, utilizó genialmente las comunidades virtuales de Facebook y Twitter para organizar a sus simpatizantes y difundir sus planes para Estados Unidos. También, se dice que esta conducta fue clave para el triunfo del espigado moreno sobre el republicano Mc Caín, porque éste se negó a utilizar los modernos sistemas de comunicación y prefirió las anticuadas cartas y volantes, alejándose de la mayoritaria masa de electores jóvenes que no conciben el mundo sin las comunidades virtuales.
En el Perú, los asesores políticos, ahora hasta el propio presidente, ven con sorpresa e interés el retumbar de los blog y el chillido de Twitter que prometen cada vez con más efectividad, influenciar en las decisiones políticas de un grueso sector de la población. A Twitear pues.


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