sábado, 25 de septiembre de 2010


Los últimos de la clase

La República
Jue, 23/09/2010 
Por: Hugo Neira


Hubo un momento en que me alegré por el ascenso de Susana Villarán y en este mismo diario aplaudí su estilo de campaña al que llamé “republicano”. Pero, por desgracia, dos sombras se han sumado a su candidatura. Por una parte, la adherencia que lleva, sin necesitarla, con un grupo gremial que hizo y deshizo en la educación de los pobres, dejándolos peor que nunca. Veo difícil que en el poder municipal pueda sacar el cuerpo a esos aliados venidos del Pleistoceno. Son, señora mía, ellos, uno de los grandes males del país. Y no son de izquierda, sino otra argolla más. Por otra parte, y aunque no lo haya buscado, por el provecho publicitario que Ollanta Humala espera sacar de esa simpatía de última hora por la señora Villarán. No, no votaré por ella. No tiene, por ejemplo, la propuesta de un metro.

Y hay un asunto de fondo. ¿Van a municipalizar la educación que se vino por los suelos con esos mismos que la destruyeron? No hace mucho que Nicolás Lynch escribiera no uno sino tres libros de títulos elocuentes, uno se llama, justamente, Los últimos de la clase. Siempre me admiró el coraje intelectual de su autor, por entonces ministro de Educación. Ahora bien, señala a los del maoísmo magisterial como “aliados, adversarios y enemigos de la reforma educativa en el Perú”. Por si acaso, llevan el sello editorial de San Marcos.

 “Reacción conservadora con discurso revolucionario”. Eso y los trucos para perpetuarse en el sindicato están en El pensamiento arcaico en la educación peruana (2004). Pero, ingenuo de mí, creí que la responsabilidad del maoísmo criollo en el desastre educacional quedaba zanjada, pero no. La señora Villarán los resucita. Me pellizco y no me lo creo. Ya andaban medio quebrados por la habilidad del ministro Chang que los había derrotado con evaluaciones y concursos y ahora ¿se les abre las enjoyadas puertas de la educación masiva en la capital? Qué disparate. No se trata de ningunear a nadie, pero ¿una alianza con los que a millones de escolares vuelven “los últimos de la clase” en el ranking de la educación mundial? ¿Con quienes impidieron la modernización de las mentes que tanta falta nos hacen para la modernización de la política? Sin esos “educadores” tendríamos públicos masivamente cultos. Y otro gallo nos cantara.

No votaré por Villarán. No garantiza que la educación mejore sino empeore. Mis reparos son porque me importa la educación de mi país, la popular, por encima de toda otra consideración. No vengo de los grandes colegios privados. No tuve padres ricos. Pero recibí una excelente formación en aulas fiscales cuando los maestros eran normalistas y el Sutep no existía. Aprendí lo que los niños del Perú hoy no aprenden: el gusto por la lectura y la libertad en el pensar. Y la capacidad ética de decir no, que es lo que ahora hago.

Y en nombre de ese mismo origen plebeyo es que no entiendo que ser de izquierda sea aliarse con enemigos de la cultura. Por lo demás, se entiende la simpatía de la clase A y B por Susana Villarán pese a que lleve en su lista a los últimos dogmáticos del planeta. Ellos, los pudientes, envían sus hijos a colegios de paga. Pero en aulas estatales se formó al pueblo, y se lo deformó. Y eso han hecho, acrecentar la ignorancia.

La señora Villarán ha presentado un equipo que no está mal, tecnócratas e independientes. A los del Sutep les da la mano, ya veremos. La ex ministra Helfer los conoce, cuando Fujimori se estuvieron quietitos.

 Villarán pudo trazar la línea sensata que en países vecinos separa socialdemócratas de totalitarios, pero no. En fin, emito esta opinión consciente de que a solo un 33% de ciudadanos le importa el tema; los otros llevan ya a sus hijos a escuelitas privadas que tampoco gozan de calidad. Así, la baraja del voto anda muy mezclada. Si Villarán triunfa, es ella. Nos estamos pareciendo a México, en donde nada es de derecha o de izquierda sino todo lo contrario. Los nuevos lideratos se parecen, como ese significativo tic suyo, de hablar de sí misma en tercera persona, igualito que el comandante Humala.

2 comentarios:

  1. los ultimos de la clase son una maravilla

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  2. d ecuador guayaquil 29 i medardo angel silva son facinantes lo ultimos de la clase mi movil 2460627

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